En el día
de hoy, en una publicación titulada “Cuidados paliativos o eutanasia: dignidad
o descarte”, el doctor Pablo de la Torre, médico y Presidente de la Asociación
Civil Concordia, se refiere al proyecto de legalización de la eutanasia a quien
califica, de entrada, como un proyecto que “Detrás de
una serie de eufemismos como ′” buen morir” o “derecho a morir”, se propone
legalizar el acto por el cual se provoca la muerte deliberada de una persona."
En el mismo
artículo se refiere al “olvidado” proyecto de ley de cuidados paliativos; luego, ensaya una serie de definiciones entre eutanasia activa y pasiva, directa o
indirecta y concluye:
“En la medida en que el derecho a la vida y la dignidad de la persona humana sean puestos entre paréntesis, ¿Qué va a mover a una sociedad a querer progresar? Si cada vida humana no tiene un valor intrínseco, ¿por qué preocuparnos en brindarle educación o seguridad?
Concluye: "Es urgente empezar a trabajar en sentido contrario: abandonar ideologías y agendas que nada tienen que ver con nuestra identidad nacional, volver a poner los pies sobre la tierra, mirar la realidad, hacernos cargo de los problemas, recuperar el sentido común y el respeto por la vida y la familia que durante años fueron nuestro norte. ¿Se puede? Sé que sí.”
Interpreto a este artículo como no menos tendencioso y eufemístico
proveniente de alguien que trata de llevar agua al molino de sus pensamientos o creencias no con menos eufemismos y con una mezcla de argumentos que van desde las
ideologías, hasta la “identidad nacional”; o la burda falacia non sequitur de argumentar que una ley de eutanasia podría ser una barrera al deseo de progresar, que interpreto
como su pensamiento, erigiéndose entonces en intérprete y legislador de esta presunta "identidad nacional".
No me consta, no puedo asegurarlo pero sospecho fuertemente, por la
orientación de los argumentos rayana en la tendenciosidad para cualquier
lector advertido (los menos), que el doctor de la Torre es un ferviente católico.
Por supuesto que para quienes existe Dios, un ser supremo que todo lo
decide con misericordia y ecuanimidad, el hombre jamás puede interceder en las
decisiones del Señor.
Entonces doctor, claro está, respeto y entiendo su pensamiento de que el hombre de ninguna manera puede interponerse o modificar la voluntad del Señor: en este contexto, naturalmente el aborto, la eutanasia, la muerte asistida y hasta el divorcio, son crímenes, pecados, herejías.
Si el doctor empezara con estos argumentos exponiendo libre y frontalmente sus creencias y profesiones, todo estaría clarísimo: sus
pensamientos, su discurso y sus derechos. No alcanzo a entender, sinceramente,
por qué la Iglesia Católica y ciertas congregaciones o prelaturas o como sea
que se denominen, como el Opus Dei, utilizan un discurso larvado, plagado
también de eufemismos.
Naturalmente entiendo que para alguien para quien existe un ser supremo y
misericordioso que todo lo decide, nada ni nadie puede jamás interponerse ante su voluntad. En su libro Camino, el Venerable Siervo de Dios San Josémaría,
susurra al oído de su lector:
“No olvides que eres… el depósito
de la basura – Por eso, si acaso el Jardinero divino echa mano de ti, y te
friega y te limpia… y te llena de magníficas flores…, ni el aroma ni el color,
que embellecen tu fealdad, han de ponerte orgulloso.
-Humíllate: ¿no sabes que eres el cacharro de los desperdicios?
¿Tú…, soberbia? –¿De qué?
“Eres polvo sucio y caído…”
Adoptando
su rol, poniéndome su sayo, utilizando su tono, me permitiría entonces decir:
¿Aborto?,
¿Divorcio? ¿Eutanasia?, ¿Muerte asistida? ¿Suicidio?... ¿desde cuando tú, borrico
inmundo, cacharro de desperdicios, pretendes modificar la voluntad del divino
Jardinero?
Y así, las
cosas serían más simples, el pan sería pan y el vino, vino y el doctor de la
Torre y la Santa Iglesia Católica, que hagan de su vida lo que quieran porque
les asiste todo su derecho, el divino, por encima de todo y el civil, escrito
por el cacharro de los desperdicios.
Pero ocurre
que no soy católico y que no creo en Dios; ocurre que soy ateo (no agnóstico,
ateo) y si me permiten hilar más fino, soy antiteísta; para mí, mi dios, sería el Estado, lamentablemente en manos del verdadero
cacharro de los desperdicios, gran parte (no todos) de los políticos argentinos.
Y sin
vueltas, sin eufemismos, sin mensajes larvados, sin invocación del ser
nacional, quiero decirles que lamento mucho que con toda esta dialéctica del
bien morir, de la eutanasia, de si es pasiva o activa, directa o indirecta o la
mar en coche, están hundiendo mi aspiración mucho más tensionante, mucho más
hereje, mucho más temerosa, rayana en la provocación y el tabú: el suicidio asistido y una ley que lo permita.
La
eutanasia “negocia” por así decirlo, los últimos días de la vida de un ser con
una enfermedad terminal. Esta eutanasia te saca de las torturas de la diálisis,
de la asistencia respiratoria mecánica, de los antibióticos y de las drogas
para mantener la presión y la circulación, cuando ya no podés decidir.
El suicidio
asistido, lo que yo deseo y abogo por, lo que yo quiero que sea ley, me permite decidir la
terminación de mi vida en el momento en que yo considere que ya no tiene
sentido. No estando deprimido, situación que interferiría mi sano juicio, no
estando presionado, ni condicionado. Estando en pleno uso de mis facultades
físicas y mentales y sintiendo que mi vida útil y mi sentido de vivir han
concluido dignamente, decido terminar con ella y recurro a la asistencia
profesional para evitar los indecorosos tirada del balcón, Magnum 357, salto a
las vías, o soga en el cuello con pataleos y estertores agónicos: unos aterrorizan a la gente, otros enchastran
la pared de sangre, masa encefálica y astillas de huesos, otros además de
aterrorizar a la gente interrumpen el transporte público y utilizan ingentes
recursos públicos como carros de bomberos, ambulancias, morgue,
abogados y autopsias judiciales.
Quiero el
suicidio asistido, quiero salirle al cruce a la pertinaz biología cuando, para
mí, haya terminado mi biografía. Quiero tener derecho a poder terminar con mi
vida cuando lo desee, sin eufemismos y con la asistencia necesaria para no
salpicar de sangre las paredes ni alargarle el regreso a casa a los cansados
laburantes del conurbano.
Y quiero
que el doctor de la Torre también pueda hacer lo que le dé la gana… o perdón,
lo que le dé la gana a su divino Jardinero.
De modo que
además del divino sufrimiento terrenal y la humillación ante el Divino, y la
eutanasia pasiva o activa o directa o indirecta, o como sea que se llame cada una,
quiero suicidio asistido: quiero, cuando considere que no voy a aportar nada
más y les voy a empezar a comer el poco patrimonio que pudiera dejarles a mis
hijas, poder ir a un colega, fumarme un faso, escuchar The end, de The Doors o
Another brick in the wall o Life is life, viendo a Maradona hacer jueguito de
precalentamiento en la cancha del Bayern, mientras por una vía, empiezan a
pasarme tiopental, pancuronio, potasio y propofol.
Para ponerle un edulcorante, un solvente indoloro al término, para que la atemorizadora palabra suicidio no nos condicione, si quieren, si me permiten ¿podremos llamarla "eutanasia asistida"?
Pero que les quede bien claro, quiero hacerlo aun sin padecer cáncer metastásico o esclerosis lateral amiotrófica o cuadriplejía, quiero hacerlo cuando mi juicio lo dicte.
Agrego un último párrafo que me envió por email un colega que me leyó diciéndome que acuerda absolutamente con mi escrito: "En un país donde el aborto es legal (y aclara que también está de acuerdo con ello) no comprendo cómo no lo es el poder decidir terminar con la propia vida, como último acto volitivo del ser humano."
Doctor de
la Torre: quiero “descartarme” cuando yo lo decida
Referencias
Pablo de la Torre: Cuidados paliativos o eutanasia: dignidad o descarte. La Nación, 23 de diciembre de 2021 https://www.lanacion.com.ar/opinion/cuidados-paliativos-o-eutanasia-dignidad-o-descarte-nid23122021-2/
Exit: cuando la biografía se termina pero la biología insiste: http://mimedicodecabecera.blogspot.com/2017/09/exit-cuando-la-biografia-se-termina.html
Cortar por lo sano: http://mimedicodecabecera.blogspot.com/2014/12/cortar-por-lo-sano.html
Suicidio asistido: https://es.wikipedia.org/wiki/Suicidio_asistido