sábado, 30 de noviembre de 2024

La eutanasia no cambia las cosas

Ayer La Nación publicó que “Gran Bretaña da el primer paso hacia la legalización del suicidio asistido” Luego, en el copete, dice “El proyecto de ley permitirá a personas con enfermedades terminales optar por terminar sus vidas con ayuda médica, lo que generó un intenso debate; todavía queda un camino de seis meses para su confirmación”.

Basta de eufemismos y cobardías que confunden a la gente. Quiero que todos los hombres del mundo puedan decidir su muerte cuando les dé la gana. A ese suicidio le llamo muerte digna. 

Y si fuera posible que alguien me ayude en el momento, poniéndome una vía en al brazo (obviemos el alcohol y las medidas que ya no tienen sentido) y me ayude a viajar al segundo anillo del séptimo circulo de Dante, ese adonde van los violentos contra sí mismos, haciéndome sempiternamente árbol* inyectándome propofol, tiopental, pancuronio y potasio, mucho mejor: a eso le llamo suicidio asistido.

A la muerte para evitar sufrimiento insoportable, a la muerte para acortar una enfermedad terminal e incurable, a la muerte asistida en pacientes terminales, es decir que se van a morir de todas maneras: a esa muerte, llamémosle eutanasia y si bien la apoyo y defiendo plenamente no es de lo que estoy hablando.

Repito, por si no quedó claro: estoy hablando de suicidio asistido, y si no tengo posibilidad de que me asistan llámenle suicidio. Solo que en este caso, te obligan a cuestiones menos estéticas como el tiro en la cabeza desparramando sesos por la pared; aconsejo que sea en un parque para evitar estos inconvenientes inmobiliarios que le bajan el valor a la propiedad si el potencial comprador se entera o que le crean incordios poco estéticos a tus hijos y a quienes les hacen ponerse guantes y meter una esponja Mortimer en un balde con abundante jabón para, luego de juntar los sesos con una palita, dejar la pared presentable. 

Existe una píldora para suicidarse, pero la cantidad de droga que tiene no es fácil de utilizar por separado, cuando no se tiene la píldora, mejor dicho, es imposible. 

Hablar de eutanasia es cobarde. Pero ¡Ojo! no la agarren por el lado de que quien se quita la vida es un cobarde porque lo hace para no enfrentar el sufrimiento. No, no, no; nada de eso.

Lo que quiero evitar es todo un debate parlamentario, toda una proclama de pañuelos pidiendo algo que negocia pocos días en individuos sufrientes que ya se van a morir.

Quiero que cada individuo pueda morir cuando se le cante y si fuera posible, para evitar chanchadas, en forma asistida. 

Digo que hablar de eutanasia es cobarde porque la eutanasia utiliza eufemismos, disfraza y confunde, entibia el propósito de lo que entiendo por muerte digna:

Yo le llamo muerte digna a mi elección con plena potestad de querer morir cuando se me cante.

Cuando, aun estando sano y estando en pleno uso de mis facultades mentales, decida que mi vida ya no tiene más sentido.

La eutanasia, el morir bien hasta ahora se ocupó, en general de los pacientes terminales y los pacientes que sufren de forma insoportable. Es decir que la eutanasia, te “negocia” los últimos días de tu vida; es un catalizador de una muerte que ya se viene, te concede un beneficio menor.

El suicidio asistido, también conocido como muerte asistida por un médico, es una práctica legal en varios países y jurisdicciones, cada uno con regulaciones específicas. A continuación, se detallan los lugares donde esta práctica es permitida:

Países donde el suicidio asistido es legal

  • Suiza: Desde 1942, permite el suicidio asistido siempre que no haya motivos egoístas. Organizaciones como Dignitas ofrecen este servicio, incluso a extranjeros.
    Reuters

  • Países Bajos: Legalizado en 2002 para personas que sufren de manera insoportable sin perspectiva de mejora. Los menores de 12 años pueden solicitarlo con el consentimiento de sus padres.
    Reuters

  • Bélgica: Desde 2002, permite la muerte médicamente asistida para personas con sufrimiento insoportable, incluyendo condiciones psiquiátricas. Desde 2014, los menores de edad también pueden acceder con permiso parental.
    Reuters

  • Canadá: Introdujo la asistencia médica para morir en 2016 para quienes enfrentan un sufrimiento intolerable. En 2021, se amplió para incluir condiciones médicas graves e irreversibles, aunque la inclusión de enfermedades mentales se ha pospuesto hasta 2027.
    Reuters

  • España: Aprobó una ley en 2021 que permite la eutanasia y el suicidio asistido para personas con enfermedades incurables o debilitantes que desean terminar con su vida.
    Reuters

  • Australia: La muerte voluntaria asistida es legal en la mayoría de los estados para personas con enfermedades terminales o que sufren de manera intolerable. Victoria fue el primer estado en implementarla en 2019.
    Reuters

Estados de Estados Unidos donde el suicidio asistido es legal

En Estados Unidos, la legalidad del suicidio asistido varía por estado. Hasta la fecha, es legal en las siguientes jurisdicciones:

  • Oregón: Pionero en 1997 con la Ley de Muerte con Dignidad. Permite a pacientes terminales solicitar medicamentos para terminar su vida.
    Wikipedia

  • Washington: Legalizado en 2008 bajo condiciones similares a las de Oregón.
    Wikipedia

  • Montana: En 2009, una decisión judicial permitió el suicidio asistido, aunque no existe una ley específica al respecto.
    Wikipedia

  • Vermont: Legalizado en 2013, permite a pacientes terminales solicitar ayuda médica para morir.
    Wikipedia

  • California: Desde 2016, permite a pacientes terminales solicitar medicamentos para poner fin a su vida.
    Wikipedia

  • Colorado: Legalizado en 2016, con requisitos similares a otros estados.
    Wikipedia

  • Distrito de Columbia: Desde 2017, permite la muerte asistida bajo ciertas condiciones.
    Wikipedia

  • Hawái: Legalizado en 2019, permite a pacientes terminales solicitar medicamentos para morir.
    Wikipedia

  • Nueva Jersey: Desde 2019, permite a pacientes terminales solicitar ayuda médica para morir.
    Wikipedia

  • Maine: Legalizado en 2019, con requisitos específicos para pacientes terminales.
    Wikipedia

  • Nuevo México: Desde 2021, permite a pacientes terminales solicitar medicamentos para terminar su vida.
    Wikipedia

Es absolutamente ridícula la realidad que dice que “Es importante destacar que, aunque el suicidio asistido es legal en estos estados, la eutanasia (donde un médico administra directamente la sustancia letal) sigue siendo ilegal en todo Estados Unidos.”.

Entonces, si un médico no te puede asistir porque es ilegal… imagino que si te asiste alguien no médico es mucho peor, porque sería un delito penal que condenaría al asistente. Más aún, si lo dejamos en manos de un juez pacato afín a "la Obra" (Opus Dei) hasta podría ser un homicidio perpetrado con premeditación y alevosía.

Como verán: la especificación de pacientes terminales, cuenta, excepto en Suiza, en todos los países y en los pocos estados de Estados Unidos que tienen cierta legislación en favor del suicidio asistido.

Quiere decir entonces que la posibilidad de que yo termine mi vida cuando se me dé la gana o, mejor dicho, cuando considere que ya no quiero vivir más, porque no le encuentro sentido, es imposible y que con este eufemismo, los bioeticistas y los moderados solo se sentirán enaltecidos cuando después de muchos debates en el congreso con pañuelos del color que sea en la calle, logren que se deje morir antes a quienes ya se van a morir unos minutos después, sin la ayuda de ningún empujoncito solidario.

Una porquería. Quiero morirme si, por ejemplo: pierdo la autonomía y me tienen que bañar y poner pañales; quiero morirme si por alguna razón, algún día me condenan a entrar al penal de Marcos Paz o de Melchor Romero o de Batán, para evitar ese tormento que es mucho peor que morirse; quiero morirme si no tengo un mango para pagar las expensas o para sentarme a tomar un café y leer a Shakespeare. 

Si tengo una enfermedad terminal, negociar treinta o sesenta días con la moralina, con la Santa Iglesia Católica, con la Academia Nacional de Medicina o con el Opus Dei, me importan tres carajos. 

De modo que no me embarren la cancha, olvidemos la pedorrada de la eutanasia y hablemos de una muerte digna que contemple el suicidio asistido cuando se me canta. Como buen ciudadano que soy que no cree en ningún dios que sea dueño de su vida. 

¿Está claro? Espero que así sea, porque en caso contrario vamos a vivir como un gran logro el hecho de negociar unos pocos días, en lugar de poder hacer de nuestro culo un pito y de nuestra panza un tambor.

Gran Bretaña da el primer paso hacia la legalización del suicidio asistido - LA NACION

https://es.wikipedia.org/wiki/Suicidio_asistido_en_los_Estados_Unidos

* Al segundo anillo del séptimo círculo del Infierno de Dante van a parar los violentos contra sí mismos, entre los que están los suicidas, que son condenados a quedar eternamente unidos a un vegetal incapaces de moverse. Son, además, las únicas almas que no podrán volver a unirse con sus cuerpos el día del juicio final. Este castigo, es un contrapaso por oposición que castiga el haber usado la libertad de movimiento contra sí mismos.


Sátira del suicidio romántico - Ólel (36 x 28 cm).

Leonardo Alenza

Museo del Romanticismo, Madrid (España).


sábado, 9 de noviembre de 2024

Para hiperrealismo basta con el día a día

Porque no puedo hacer de todo, lamentablemente, voy muy poco al cine; por casualidad, en este mes vi dos películas: La habitación de al lado, de Pedro Almódovar y El Jockey de Luis Ortega.

La habitación de al lado, para mí, una “porquería sensiblera" (con todo respeto) de un Almodóvar que se hizo su jubilación americanizándose; una típica película americana. Desde el punto de vista estético, perfección de imágenes y combinación, almodovariana, de colores y, de nuevo, bien americana; todo perfecto, ni una miga en el piso, ni una toalla usada en un baño, ni una bolita en un pullover de lana. Afortunadamente para mi TOC, cuando desordenan la casa de Martha buscando la pastilla negra, antes de irse, tan TOC como yo, Ingrid la ordena. Para hablar de eutanasia y suicidio, si me dan a elegir, me quedo con Las invasiones bárbaras.

Mucho más "imperfecta" pero bien psicótica (como me gusta el cine) El jockey, de Luis Ortega.

Almorzando, un amigo me dijo un día que había visto una película que le había parecido una verdadera porquería y que lamentó sentir vergüenza por no poder levantarse e irse. Como es de los amigos de quien uso ciertas recomendaciones por lo negativo, es decir que, si denuesta un libro, escupiendo comida mientras mastica apuntando al planeta con el tenedor, salgo corriendo y me lo compro, le comenté la crítica de mi amiga a mi hija, cinéfila y amante de lo extravagante, de lo bizarro, de lo psicótico; su WhatsApp de respuesta no demoró un segundo: “Pa, ¿Quién te dijo semejante burrada?; no te mezcles con esa chusma y andá a verla hoy mismo”. Así fue, me constituí en el cine Lorca, tan insostenible como romántico a 3 mil la entrada y me senté exactamente en el medio de la sala, en ese punto donde lo que desciende empieza a ascender. Alrededor de mí, en forma centrífuga y prolijamente espiralándose, se fueron sentando los típicos clientes de películas raras en cines de Corrientes.

Desde el comienzo bellísimo con: Fumemos un cigarrillo, para poder conversar. Tomemos alguna copa, tenemos mucho que hablar de Piero, pasando por Trigaaaaal de Sandro,  hasta la última escena, una psicótica belleza, con mucha más mugre, con mucha más gente oscura y con muchas más psicosis, como vale la pena ver el mundo.

Para ver familias a las que se les enferma un niñito y le tienen que hacer un trasplante de médula que termina bien, me quedo en mi casa o atiendo a mis pacientes. Pero en todas esas historias de la vida real, hay mucha “psicosis ordinaria” solo es cuestión de aprender a verla y es como tomarse un ácido.

Me paré y aplaudí en el medio, mientras la espiral se empezó a desarmar haciendo lo mismo. Salí a la calle y una pareja de vaya a saber qué autopercibidos caminaba de la mano, con cabellos de color, rapados a los costados, con medias de red y borceguíes, reflejándose en el suelo por la llovizna, junto con los letreros de Corrientes, mucho más Almodóvar español. Me tenté a pedirles una selfie, pero mi autocensura, por cuestión de respeto al espacio de "les otres", me lo impidió.

https://www.youtube.com/watch?v=N2BSpDERJZk